*Cuando este martes la Tierra se interponga entre el Sol y la Luna, nuestro satélite se volverá rojo.
Será el primer eclipse de una serie de cuatro que tendrán lugar entre 2014 y 2015.
Los astrónomos se refieren a esto como tetraedro o tétrada y no es muy habitual.
No habrá otra serie como esta hasta el 2032, y la última fue hace una década, tal como recoge el proyecto Gloria, una red de telescopios robóticos de acceso libre, que transmitirá en directo el fenómeno lunar desde Cusco, Perú.
Y es que además esta luna roja será visible gran parte del continente americano.
La función comenzará alrededor de las 23 horas de este lunes en el oeste de Estados Unidos (02:00 horas en el este de EE.UU., 01:00 horas en Ciudad de México), cuando la Luna comience a transitar la sombra de la Tierra.
Noctánbulos y madrugadores podrán ser testigos privilegiados de este raro fenómeno celeste.
Rojo sangre
El tono rojizo de la Luna se debe a la luz solar reflejada en la atmósfera terrestre.
El color de nuestro satélite cambiará entonces de un naranja brillante a un rojo sangre y a marrón cobrizo, dependiendo de las condiciones climáticas locales, según informa la agencia de noticias Reuters.
Pero, dado que nuestro planeta se interpone entre la luz del Sol y la Luna, ¿por qué en lugar de ocultarse adquiere ese tono rojizo?
La respuesta está en la atmósfera, que se extiende unos 80 kilómetros más allá de la superficie terrestre y actúa como una lente.
Las partículas atmosféricas refractan la luz del sol y solo dejan pasar la luz roja que dará a la Luna ese extraño resplandor, algo que para algunos tiene connotaciones apocalípticas.
Sin embargo, es el mismo fenómeno que tiñe el cielo de anaranjado en el amanecer o el atardecer.
Un eclipse de Luna sólo ocurre durante una noche de luna llena cuando el Sol, la Tierra y la Luna están perfectamente alineados, y la Tierra está entre el Sol y la Luna.
Estos eclipses pueden verse desde cualquier punto del mapa donde la Luna esté sobre a línea del horizonte.
A diferencia de los eclipses solares, en los que las fases dependen de la posición del observador, los tiempos en un eclipse lunar son los mismos independientemente del punto de observación.